jueves, 1 de febrero de 2007

El mes pasado

Rosa me dijo que debía escribir un poema sobre todas las cosas que yo decía durante el mes pasado porque un día dije “Su cabeza es la puerta del sol” refiriéndome a la plaza de donde nacen todas las calles de Madrid, y de repente escuchamos un sonido que parecía de tambores y resultó que estábamos en un café con poetas. Era extraño. Pero, no soy una poeta, por eso yo repasaré mis momentos favoritos y los reflejaré. El tiempo se nos fue, pero pienso que pasó de una manera llena de significado.

También, le dije a Rosa, “Antes de este viaje, yo era como pan blanco, pero ahora soy como pan de varias fibras y granos, fortificado con vitaminas. Lentamente, ganamos nuestros granos.”

¿Qué ha cambiado en nuestras vidas? Pues, para mí, he experimentado una cultura diferente. Me encanta que España tenga una historia más antigua que los Estados Unidos. Todas las catedrales, palacios, fortalezas y otros edificios antiguos evocan algo dentro de mí. No sé cómo describir el sentimiento exactamente, pero me siento más conectado con el mundo.

Irónicamente, yo he estado menos conectada con el mundo en otro sentido, porque no tenía mi teléfono, o acceso a la red o una computadora todo el tiempo. Mi vida era más simple, y por eso he podido disfrutar más. Por ejemplo, me gusta caminar por todas las calles de Madrid, para mí, un triunfo es cuando puedo caminar en una ciudad sin mapa. En Boston, uso el edificio del Prudential como un punto de referencia, y en Madrid uso el Pirulí, un edificio similar a un enchufe.

También, me di cuenta de la importancia de aprender otro idioma, especialmente cuando viví en este país donde no siempre entiendo todas las cosas. Por ejemplo, un día yo pedí un bocadillo y el hombre me pregunto “ quiere mahonesa?”, pero yo pensé que el dijo “¿lo quiere en la mesa?”. A veces los malentendidos son divertidos, otras veces son frustrantes.

Y finalmente, una cosa tonta, me gusta España porque se aprecia el nombre “Julia”. Vi dos tiendas diferentes, una estación de metro en Barcelona, una agencia de viajes, y autobuses con mi nombre. Cuando era niña, estaba triste porque nunca podía comprar recuerdos con mi nombre en EE.UU. pero aquí puedo comprar muchas cosas con mi nombre.

2 comentarios:

Rose Wong dijo...

¿Cuántos granos tengo ahora, 2? Entre nosotras, ¡es posible que tengamos 4! Jeje, tus palabras me parecieron como el exterior de mi paquete cereal.

Estoy muy segura que, en el futuro, te encontraré en un café recitando una poema sobre "la puerta del sol" de alguien, con los ruidos de los bongos. Y también, es posible que hablarás "EN VOZ ENXTRANO". ;-)

Rose Wong dijo...

Perdón, "EXTRAŇA"!